Con el cambio del siglo la sociedad ha cambiado considerablemente: la educación necesita ser congruente con esto y formar personas capaces de vivir dentro de la transformarción y la incertidumbre. Además, el deseo y necesidad humana de conocerse ha modificado; la escpecialidad disciplinaria tiene carencias que pueden ser superadas con otras actitudes epistémicas. El pensamiento complejo, con su idea de tender a la conjunción es una opción a las demandas del presente. La transdisciplinariedad, ese ir abuscar loq ue está entre las disciplinas y más allá de las mismas es otro camino. Esta última actitud incluye no sólo al conocimiento científico, sino también a los saberes tradiciones de los pueblos, la experiencia interior y el arte.